jueves, 19 de junio de 2008

Características de los períodos su gobierno

EL SEPTENIO (1870 - 1877)
El general Antonio Guzmán Blanco, exiliado en Curazao, prepara un movimiento contra el gobierno de José Ruperto Monagas, ambos encumbrados al poder por la Revolución Azul. El 27 de abril de 1870 sus fuerzas toman Caracas y derrocan al gobierno de los Azules. Es el máximo líder de los liberales. Triunfante la Revolución de Abril, como es conocida, inicia su primer gobierno, el Septenio, con una dirección clara: eliminar lo viejo, inútil y contrario al progreso, y sentar las bases legales y materiales del porvenir. Busca la paz y la modernización del país dentro de un esquema político fundamentado en su liderazgo personalista y en la aplicación de fórmulas centralizadoras sin abandonar el discurso federal.

Mientras domina a los Azules, apoyado por varios caudillos, pone en orden la administración, reforma la legislación, y le cambia la cara a Caracas. En esto también difiere de los gobiernos anteriores, que cuando hacen la guerra no gobiernan. Guzmán entiende las prioridades de su gestión y les da curso sin dilaciones: educación pública; reorganización de la hacienda pública; obras públicas; estadística; abolición de los peajes, del impuesto a las exportaciones y de los bienes de manos muertas; redención del censo eclesiástico; fomento de la inmigración.
La pacificación del país exige tiempo, recursos y decisiones; vencidos los Azules en 1871, los caudillos liberales, antes sus aliados, operan contra Guzmán. A unos los derrota en batalla, a otros los gana con halagos y en un caso, el de Matías Salazar, termina fusilándolo. Su concepción personalista del poder se refuerza en los homenajes que le rinden sus acólitos en conocimiento de su debilidad ante los halagos: el Congreso le confiere el 19 de abril de 1873 el título de “Ilustre Americano Regenerador de Venezuela” y Caracas erige imponentes estatuas en su honor.


EL QUINQUENIO (1879 – 1884)
Este período de 5 años consistió la segunda oportunidad de ejercer el poder de Antonio Guzmán Blanco. Luego de la denominada Revolución Reivindicadora tomó el poder el 26 de febrero de 1879.
En este período de gobierno quiso poner en práctica el modelo europeo. Trajo de Francia el proyecto de los ferrocarriles y también un estilo social en las costumbres y las modas. En su delirio de grandeza le pone su nombre a las calles, parques, teatros, distritos, incluyendo un Estado.

Revolución Reivindicadora

Este movimiento surgió luego de la muerte de Francisco Linares Alcántara y tuvo como objetivo devolver el poder al "Ilustre Americano", Antonio Guzmán Blanco.

Se inició el 28 de diciembre de 1878 en la localidad de Valencia, estado Carabobo. A la cabeza de este movimiento estaba el General Gregorio Cedeño.

El gobierno de Caracas puso resistencia ante esta arremetido liberal; sin embargo fueron derrotados en la batalla de la Victoria, el 6 de febrero de 1879, que produjo una capitulación en la cual se respetaba la vida de los firmantes.


El 13 de febrero de ese mismo año, las tropas libertadoras entraron a Caracas y siete días más tarde, el 21 de febrero, Guzmán Blanco llegó al país y días más tarde tomó el poder por segunda vez y
así inicia el período conocido como el Quinquenio.

BIENIO (1886 – 1887)

El Consejo Federal eligió a Guzmán Blanco para el período constitucional 1886-1888, conocido como el Bienio o Aclamación. Este período no fue igual a los dos anteriores, ya que debió enfrentar una nueva generación de intelectuales y de jóvenes estudiantes, quienes organizaron una fuerte oposición a su gobierno hasta el punto de obligarlo a retirarse antes de concluir su mandato. Sin embargo, su influencia prosiguió, hasta el punto de proponer ante el Consejo Federal al Doctor Juan Pablo Rojas Paúl como presidente para el período constitucional 1888-1890.

Durante este período, Venezuela rompió relaciones con Inglaterra debido a la invasión del Territorio Esequibo por ciudadanos de Guayana Inglesa.

El Presidente logró romper el llamado “anillo de hierro”, una maniobra de los allegados a Crespo para dejar el Gobierno en manos de personas de su confianza para controlar la política de Guzmán. Al mismo tiempo, concentra en los almacenes militares del estado las armas y municiones que habían quedado en manos de caudillos durante la presidencia de Crespo.

Logra también restablecer el equilibrio fiscal y darle algún impulso a la vida económica. A fines de 1886, alcanzó uno de sus objetivos principales, con la inauguración en Caracas de una Casa de la Moneda para acuñar las de Venezuela.

Al comienzo de 1887 fueron descubiertas varias conspiraciones que tenían por objetivo, atentar contra el presidente. Convencido de su impopularidad entre los jóvenes y, viendo al partido liberal profundamente dividido, Guzmán decide entregar la presidencia a quien había depositado su confianza, el General Hermógenes López, y viaja a Europa.


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